Con música, cultura y un mensaje de esperanza, la Cárcel y Penitenciaría con Alta y Media Seguridad para Mujeres de Bogotá, “El Buen Pastor” celebró la séptima edición del Reinado de la Simpatía, un certamen que reunió a más de 1.700 mujeres privadas de la libertad en jornadas de integración y esparcimiento.

La corona fue para Daniela Gutiérrez, de 21 años, representante de Antioquia, quien cautivó con su lema: “Mi historia no termina aquí, cada día es una nueva oportunidad para renacer”. La virreina fue Carol Vanessa Prada, de Nariño, y el tercer lugar lo ocupó Gisela Mejía, del Cesar.

Además, se eligió a la reina chaperona, premio otorgado a la acompañante de la candidata del Atlántico, y la comparsa del Meta recibió el reconocimiento a la mejor carroza.

Participaron ocho candidatas, cada una con su respectiva chaperona, y una Reina Popular elegida por voto interno, para un total de 17 mujeres privadas de la libertad que hacen parte activa de esta experiencia transformadora.  A ellas se suma la reina saliente, una dragoneante del Cuerpo de Custodia y Vigilancia, quien actualmente ostenta el título de Reina de la Simpatía.

Las actividades que se desarrollaron durante todo el mes, finalizaron el lunes 29 con la presentación de comparsas y carrozas, el martes 30 se llevó a cabo la ceremonia de elección y coronación de la nueva señorita “Simpatía 2025-2026”.

El evento final contó con la presentación de artistas como Arelys Henao, Giovanny Ayala y Maia, que llevaron su música a las internas. Entre los asistentes destacaron el Director General del INPEC, Tte. Coronel Daniel Fernando Gutiérrez Rojas, la directora del establecimiento, Lina Marcela Castillo, y el diseñador Henrry Calderón Barragán, encargado de la coordinación general.

Más allá del glamour, el Reinado de la Simpatía busca romper estigmas y promover valores como la resiliencia, el respeto y la reintegración, gracias al apoyo de la Red de Apoyo Solidaria, integrada por ciudadanos y organizaciones que hacen posible este espacio que brinda nuevas oportunidades, además de reconciliar a las mujeres consigo mismas, haciendo que se sientan valiosas, apreciadas y dignas.

El INPEC resaltó que este certamen no es un concurso de belleza convencional, sino una iniciativa cultural y de resocialización que fortalece la autoestima y la dignidad de las mujeres privadas de la libertad.