Fe que transforma con un mensaje de esperanza
June 29, 2025
En un emotivo acto cargado de simbolismo y espiritualidad, el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) reafirmó su compromiso de entrega y servicio público durante la tradicional Eucaristía que se celebra cada año como parte de los eventos conmemorativos del Día del Guardián, llevada a cabo en la Catedral Primada de Colombia en Bogotá.
La ceremonia religiosa, presidida por el Capellán del Instituto. Reverendo. Eliécer Montañez, reunió a una nutrida representación del personal penitenciario: hombres y mujeres del Cuerpo de Custodia y Vigilancia, servidores administrativos, directivos de la entidad y alumnos de la Escuela Penitenciaria Nacional. Entre ellos, destacó la presencia del Director General del INPEC, Teniente Coronel Daniel Fernando Gutiérrez Rojas, quien, junto a los asistentes, participó en un espacio de reflexión, unión y renovación del compromiso institucional.
Durante su homilía, el sacerdote Montañez compartió con los asistentes el evangelio del día, que cobra un significado profundo para la misión penitenciaria:
“Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor?... Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte… Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos.”
Estas palabras resonaron con fuerza en el corazón de cada servidor, como una invitación directa a continuar siendo esa sal que da sentido y esa luz que guía, especialmente en contextos marcados por la oscuridad del encierro y el dolor humano. Enfatizando que los servidores del INPEC están llamados a ser faros de esperanza en medio de realidades difíciles, y que su trabajo tiene una dimensión espiritual y transformadora que no puede pasarse por alto.
“El camino del servicio penitenciario es exigente, pero también es sagrado. A ustedes, guardianes de la esperanza, les recordamos que no están solos. La oración y la fe de toda una comunidad les acompaña mientras siembran nuevas oportunidades para quienes han perdido el rumbo”, expresó el Capellán con profunda emoción.
Esta tradición, enmarcada en la conmemoración anual del Día del Guardián, fortalece la identidad institucional del INPEC y enaltece el valor espiritual que mueve a quienes, con vocación y entrega, trabajan silenciosamente por la transformación de miles de vidas.
Con cada misa, cada reconocimiento y cada palabra de aliento, el INPEC sigue sembrando convicciones: que la justicia también puede ser compasiva, y que en cada centro de reclusión florece una posibilidad de cambio.
INPEC, humanizando el servicio, transformando destinos.