En un esfuerzo por fomentar la cultura, la recreación y el deporte como herramientas para la reintegración social, el Centro de Reclusión CPMS Armenia fue escenario de un significativo torneo de ajedrez en el que participaron 38 personas privadas de la libertad (PPL), junto a dos auxiliares del cuerpo de custodia y dos funcionarios del Comité de Convivencia y Vigilancia (CCV). Este evento, liderado por el área de Tratamiento, particularmente desde la coordinación educativa, demostró cómo el ajedrez puede ser un canal transformador en contextos penitenciarios.

Uno de los momentos más destacados del evento fue la participación de Dilan Sánchez, prodigio del ajedrez colombiano y cuatro veces campeón nacional en la categoría junior (10 años). Dilan estuvo acompañado por su padre, Jhon Sánchez, instructor del reconocido Club Tebaida, quien no solo orientó partidas amistosas, sino que también compartió técnicas y estrategias con los participantes, elevando el nivel técnico y simbólico del torneo.

El certamen se realizó durante dos días, en los cuales el recinto carcelario se convirtió en una arena de silenciosa concentración y aguda estrategia. El ganador del torneo fue Andrés Felipe Mejía Asties, PPL perteneciente al programa de salud mental, quien recibió como premio un ajedrez profesional donado por el Club Tebaida y un kit de elementos de aseo personal. Este gesto refuerza la visión humanista del tratamiento penitenciario promovido por el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC).

La realización de este torneo representa un avance en el enfoque integral del tratamiento penitenciario, en el que la cultura y el deporte se posicionan como ejes fundamentales para el bienestar mental y emocional de la población carcelaria. El INPEC, con este tipo de actividades, reafirma su compromiso con una política penitenciaria centrada en la dignidad humana, la inclusión y la construcción de proyectos de vida positivos.

En una sociedad que muchas veces margina a quienes han cometido errores, estas iniciativas muestran que es posible abrir caminos hacia el cambio a través del respeto, la oportunidad y el conocimiento. Como lo dijo un participante del torneo: “Aquí aprendimos que cada movimiento tiene consecuencias, como en la vida. El ajedrez nos enseña a pensar mejor nuestro próximo paso.